domingo, 28 de septiembre de 2014

La carta.

"Adios. Hasta nunca."

Fueron las últimas palabras de la nota que encontró encima de la almohada. Se había ido. Nunca volvería a oler ese perfume con un toque de jazmín. Nunca volvería a encontrar su sonrisa al despertar. Nunca volvería a ver su silueta dibujada entre las sábanas, ni a oír su respiración acompasada, ni a sentir sus dulces labios.

Jugar con fuego le había salido caro. Había sido un estúpido. Y ahora la había perdido para siempre.

Bajó corriendo las escaleras. Cogió las llaves del coche. Necesitaba salir de allí, tenía que buscarla. Quizás aún no estuviera demasiado lejos.

La tormenta que arreciaba con fuerza le pilló por sorpresa. Le mojó la chaqueta de cuero. Para poco le serviría ya.

La buscará por las calles cercanas a su casa. Entrará en bares, preguntará en pensiones. Pero ella no estará.

Decidirá ir a buscarla a casa de su madre. No le importarán las 2 horas y media de camino por la autopista. No sabrá que ya nada importa.

A lo lejos, divisará un accidente. Su corazón sentirá lo más terrible, y sus ojos lo confirmarán.

Y él le dirá adios a su perfume. A su sonrisa al despertar. A su silueta dibujada entre las sábanas. A su respiración acompasada. A sus dulces labios.

Y le dirá adios al verdadero amor de su vida...

viernes, 18 de abril de 2014

Carta a mi abuelo...

Querido abuelo:

Hoy hace una semana desde que te fuiste. Llevamos exactamente 7 días y 3 horas sin ti. Pensé que el tiempo se me pasaría lento, pero parece que fue hace media hora cuando te di aquel último beso en la frente antes de que te apagaras.

La abuela sigue igual de rara que siempre. Tú ya la conoces, no puede comportarse como las personas normales. Pero bueno, como te prometimos, no la dejamos sola. Ahora mismo está aquí en casa.

Mamá si está peor. Te echa mucho de menos, aunque ya se va haciendo a la idea. Poco a poco de todo se sale, y ella cada día está un poquito mejor.

Los demás están como siempre: Maite enfadada con el mundo, la tita... bueno, la tita es la tita. Juanlu está intentando volver a estrechar lazos. Papá, tirando del carro, como yo.

Dentro de nada llegarán para merendar. Ya sabes que hoy es el cumpleaños de la tita. Aunque faltes, vamos a reunirnos todos, como a ti te gustaría. Y, aunque no estés presente, sé que estás con nosotros, viendo cómo comemos pasteles, como siempre te ha gustado.

Te fuiste rodeado de tu familia, de toda tu familia. El apellido no se te iba a quedar corto, señor Conde. Aún siento como si estuvieses aquí, aunque ya no estés.

Te faltaron muchas cosas por hacer y por ver: las bodas de tus nietos, conocer a tus bisnietos, ver cómo acabo la carrera, verme en la tele... Pero sé que estarás ahí cuando todo ocurra. Y tus bisnietos y tataranietos te conocerán como yo te conocí: trabajador, luchador, cabezota, ejemplo de fortaleza. Y te querrán como yo te quiero, como tú me enseñaste a querer a los que no están.

Te quiero abuelo, siempre estarás conmigo.

jueves, 2 de enero de 2014

¡Feliz año!

Y así la escritora fue despedazada por sus lectores, quedando de ella solo las manos sobre el teclado...

¡Feliz año! Y lo comienzo disculpándome por mi ausencia. Un bloqueo enorme me ha impedido escribir algo medianamente legible durante este tiempo, y lo único que he podido hacer es esconderme en un rincón oscuro y llorar por mi mala suerte.

Como bien dicen, año nuevo, vida nueva. Y comienzo el año con nuevos proyectos y retomando algunos antiguos. Los explicaré  bien cada uno en su entrada, ya que me gustaría que la explicación fuera el inicio de la etiqueta.

Una vez más, vuelvo a disculparme con vosotros. Intentaré no estar tanto tiempo sin pasarme.

Con cariño,
Crescenza